Alcaraz toca el cielo en Madrid
Carlos Alcaraz toca el cielo y alcanza la gloria en Madrid. El tenista español se superó a sí mismo dentro de un 2022 de ensueño y se proclamó campeón del Mutua Madrid Open tras vencer a Alexander Zverev en apenas una hora por un resultado de 6-3 y 6., El vigente campeón del torneo tampoco pudo con la calidad de la joya que ha revolucionado el tenis mundial, con cuatro títulos ya debajo del brazo y amenazante con seguir ascendiendo hasta lo más alto.
Zverev decepcionó en una final en la que estuvo muy lejos del nivel mostrado por Carlitos, quien haciendo buena la máxima de su abuelo, le puso una buena dosis de “cabeza, corazón y cojones”, una receta aderezada por una calidad y un carisma que hicieron volverse loco, un día más, al público presente en el Estadio Manolo Santana.
Con un solitario, pero más que suficiente break en el primer set, Alcaraz selló la mitad del título ante un Zverev que era menos que el español en todas las facetas. Menos potente, menos controlado, menos competitivo y menos ganador, por ende perdedor en el duelo ante el feroz Carlos.
Acostumbrados a una exigencia máxima como vimos en los duelos ante Nadal y Djokovic (qué menos), la facilidad con la que Alcaraz se hizo con el primer parcial ante todo un número tres del mundo no es sino una nueva muestra de la calidad de elegido del crack de El Palmar.
Las finales no se juegan, se ganan, y esa máxima tan complicada de llevar a cabo estaba siendo el guion de un partido escrito de cabo a rabo por un Alcaraz que en su segunda oportunidad del segundo set volvía a quebrar para levantar al público de sus asientos. “¡De qué planeta saliste!”, se escuchaba desde la grada, con absoluta razón. Esa, su condición de extraterrestre, es la única duda que admite en estos momentos la figura de Carlos Alcaraz.
Tal era la superioridad de Alcaraz que, sin dejar de animar al su ídolo, la afición llegó a dedicar algunos aplausos a un Zverev que no encontraba respuesta a la derecha mortal de su rival. Era un huracán sobre la pista y Sascha no tenía ni un escudo para defenderse. Sin acercarse a la hora de partido, de final, el desenlace era inminente.
No hubo mal de altura, miedo por cerrar ni nada parecido. Carlitos había convertido la pista central de la Caja Mágica en una fiesta en el que él ponía la música, el baile y, por supuesto, la copa de vencedor del que ya es, a sus 19 años y por encima de otras muchas y grandes cosas, campeón del Mutua Madrid Open.